ROCKWOOL reúne en Caparroso a sus directores mundiales y ultima nuevas inversiones en sostenibilidad

  • La planta navarra es reconocida dentro del grupo como referente global por sus buenas prácticas en sostenibilidad, energías renovables e innovación.
  • ROCKWOOL ultima un ambicioso paquete de inversiones para reforzar su liderazgo en descarbonización.

 

La planta de ROCKWOOL en Caparroso ha recibido esta semana la visita de los directores de planta del grupo procedentes de todo el mundo, en un encuentro internacional que ha situado a la fábrica navarra como punto de referencia global en materia de sostenibilidad industrial, descarbonización y eficiencia energética. Representantes de ROCKWOOL de países como Canadá, Estados Unidos, Japón, Alemania, Dinamarca, Polonia, Países Bajos, República Checa y Asia han visitado la planta para conocer de primera mano sus avances tecnológicos y su modelo de gestión sostenible.

Durante las jornadas, los directores de planta han compartido metodologías, estrategias y aprendizajes con un enfoque claro: impulsar una cultura común en torno a la sostenibilidad y la excelencia operativa. En este marco, la planta navarra es referente internacional en sostenibilidad, eficiencia energética y transición hacia energías renovables, una distinción que la sitúa como espacio de aprendizaje e innovación para el resto de fábricas de ROCKWOOL repartidas por el mundo. Desde aquí, fluye el conocimiento, se testan soluciones pioneras y se construye un modelo industrial alineado con los mayores retos medioambientales y energéticos del planeta.

El grupo ha confirmado que ultima un ambicioso paquete de inversiones para acelerar su descarbonización. La elección de Caparroso como sede de este encuentro internacional refuerza el papel de Navarra como polo industrial innovador y actor protagonista en la nueva economía verde europea. Desde 2001, la planta ha desempeñado un papel clave no solo en el abastecimiento del mercado nacional, sino también en la exportación a países como Francia y Portugal.

Con una capacidad de producción de 110.000 toneladas anuales de lana de roca y 250 empleos directos, la planta representa un modelo de cómo la industria puede ser sostenible sin renunciar a la competitividad. Así lo ha demostrado en los últimos años con la puesta en marcha de un ambicioso plan de descarbonización que incluye medidas como la rehabilitación energética de sus oficinas (que ha permitido reducir el consumo un 70%), un sistema de recuperación de calor residual del horno que genera 450 MWh anuales y reduce drásticamente el consumo de agua industrial, y el desarrollo del primer parque solar fotovoltaico del grupo, que ya aporta el 15% del consumo eléctrico de la fábrica.

Además de su compromiso ambiental, la compañía está alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, incluyendo metas de equidad de género, ética empresarial y formación en sostenibilidad.

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